Por Emma Rodríguez © 2018 / En Los senderos del mar sigue María Belmonte la estela de los paseantes, de los contempladores, y emprende un trayecto íntimo, emocional, inspirador, del que inmediatamente nos sentimos cómplices: “Al recorrer tranquilamente a pie la costa vasca, deteniéndome donde me apetecía, he tenido encuentros inesperados, pero también he aprendido a percibir los variados tonos que puede adquirir el océano, sus estados de ánimo e incluso eso que tanto atraía al poeta Shelley, su latido”...
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